Sydney nos encantó. Es una ciudad donde todo el mundo encaja, hay restaurantes de todo tipo: japoneses, vietnamitas, españoles, chinos, griegos... y personas de todas las nacionalidades, tanto es así que cuesta encontrar a un auténtico australiano. Es una ciudad con mucha vida, amplias avenidas, parques donde puedes perderte, puertos naturales y por supuesto la fantástica Opera House que se ve desde casi todas partes.
Desde Sydney viajamos hacia las Blue Mountains y el Wild Sanctuary en un viaje organizado de un día y pudimos apreciar la belleza de estos parajes con su fauna y flora. Por primera vez vimos y fotografiamos los peculiares canguros y los preciosos koalas que son una verdadera monada.
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