Después de casi 6 meses en India sometidos a las austeridades del país y a las que nosotros mismos nos impusimos, Tailandia nos pareció un paraíso con grandes comodidades: las carreteras normales, el tráfico más ordenado y guest houses más limpias donde te puedes duchar sin que se moje todo el cuarto de baño.
El 1 de febrero aterrizamos en Chiang Mai, ciudad con más de 300 templos al norte del país. La gente es tranquila, la temperatura es ideal y se respira un ambiente de confianza. Hicimos de turistas: visita a algunos de los maravillosos templos budistas y a los pueblos tribales como las long neck (cuellos largos) y karen, paseo en elefante tomando las debidas fotos, rafting suave en una balsa de bambú... Y como no, contactamos con los yoguis de la zona y los centros de masaje thai.
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